En el Cementerio de Melilla
hay una tumba diferente, parece una más, pero no lo es. Os cuento porqué.
Fue la tarde del 20 de Noviembre de 1984, había sido designado oficial de la Guardia de Honor que, con motivo del día de los caídos, había establecido la Comandancia General en el cementerio de Melilla.
Allí me presenté, en uniforme de paseo, con el suboficial y los 4 soldados del Regimiento de Ingenieros designados para este cometido, se incorporaron también los comisionados de las otras Unidades de la plaza: dos de tropa,o puede que fuera alguno más, del Alcántara, de Artillería y de Intendencia, creo que también del Hospital Militar, recuerdo que de Regulares 2, Regulares 5, y del Tercio la aportación era algo superior, incluyendo un sargento de este último. Puede me falte alguno, pero ha llovido mucho desde entonces….


Acto militar
A primera hora de la tarde hubo una sencilla y emotiva ceremonia de Homenaje a los Caídos presidida por el Comandante General. Asistieron los Jefes de Unidad de la plaza con un pequeña representación de mandos y tropa, incluyendo el guión, de cada una. También un corneta – que seguro no era del Tercio ni de Regulares, ni tampoco de Ingenieros. Tras el toque de oración y el responso del Pater la corona quedó depositada en el interior del Panteón de los Héroes. Finalizado el acto y habiendo abandonado los presentes el camposanto comenzaba propiamente mi servicio.
Era sencillo, estaba todo escrito. Se dispusieron plantones en los mausoleos específicos, manteniendo siempre una pareja, que rotaba entre los presentes, en el Panteón de los Héroes. Hasta la puesta de sol, que acababa la guardia, tuve tiempo y oportunidad para conocer este impresionante cementerio lleno de historia.
Un pequeño Castillo de Ingenieros
Pese a lo bonito e imponente de los grandes panteones de Regulares, de Margallo etc.. , me emocionó el patio de ánimas, austero, sencillo porque transmite un sereno e inolvidable recuerdo a todos los que quedaron allí sin nombre.
Próximo a éste me topé con una tumba que bajo la cruz tenía nuestro Castillo de Ingenieros, lógicamente me llamó la atención, era una tumba normal , una más, y en ella estaban enterrados varios soldados de la Comandancia de Ingenieros fallecidos en Monte Arruit en julio-agosto de 1921 y un Sargento del 4º de Zapadores fallecido en Octubre del mismo año .


Un Ingeniero sin identificar
El último reglón grabado en el mármol fué el que me sorprendió : “un Ingeniero sin identificar”.
Me caló hondo, me hizo imaginar : quién sería ese hombre?, que edad tendría? de donde era? qué le pasó? …
Y también me pregunté porqué estaba allí …, porqué a él lo enterraron sin poder saber quien era…
Porqué llegó aquí ?
De todos son conocidas las masacres de Nador, Zeluán, Monte Arruit…, el abandono de los cadáveres expuestos a las inclemencias del tiempo y a las alimañas. Fue el primer Grupo Expedicionario del Regimiento de Zapadores Minadores núm. 1 la unidad encargada de recoger y sepultar los restos de nuestros compañeros. No voy a entrar en detalles y motivos de lo complejo de la identificación, pero sabemos que más de tres mil cadáveres fueron enterrados sin que fuera posible identificarlos.
A finales de Octubre se procedió al traslado de los cadáveres identificados al cementerio de Melilla. Los no identificados quedaron en la Cruz de Monte Arruit.

El General Pedro Vives en su ensayo “Los Ingenieros Militares en la campaña de Africa 1921-22 . Notas sobre su actuación” – Memorial de Ingenieros – relata como fué:
En la reconquista de Monte Arruit la triste y caritativa misión de identificación de nuestros oficiales y soldados estuvo a cargo de una sección compuesta de clases y soldados que fueron de las diversas compañías, al mando del capitán D. Joaquín Cantarell Bordalba, a la que se unieron varios oficiales de esta Comandancia (de Ingenieros-NdA). El capitán Cantarell, por la prolijidad, acierto y delicadeza con que cumplió su difícil misión, mereció de todos las mayores alabanzas.
Parece que el traslado y sepelio se realizó por Unidades. Fueron únicamente 14 oficiales, suboficiales y soldados – de Ingenieros- los identificados y enterrados el 26 de octubre en Melilla.

Traslado desde Monte Arruit
- Capitán D. José Maroto González.
- Teniente D. Aurelio Martínez Fernández.
- Teniente (E. R.) D. Antonio Albert Amat.
- Teniente (E. R.) D. Emilio Fernández Sánchez Caro.
- Alférez D. Casimiro Gil Vicenta.
- Sargento, Manuel Mendía Martín.
- Sargento, Manuel Maestre Kubín de Celis.
- Sargento, Ensebio Segoviano Núñez.
- Cabo, José Álvarez Calamino.
- Cabo, Antonio González Malle.
- Soldado de primera, Juan Muñoz Zarco.
- Soldado de segunda, Francisco García García.
- Soldado de segunda, Carlos Pons Mico.
- Soldado de segunda Canuto Lorenzo Huerga.
Es intencionado, es un homenaje.
El General Vives, lo explica a continuación.
En el triste acto del sepelio, de los qué fueron oficiales, clases y soldados de Ingenieros, cuyos nombres hemos dado, se procedió también al enterramiento de «un Ingeniero no identificado» en recuerdo de todos los demás a quienes fué imposible identificar y que recibieron sepultura en Monte-Arruit juntamente con los compañeros de infortunio; labor esta última que cupo la triste honra de cumplir a las compañías expedicionarias del 1er Regimiento de Zapadores Minadores.
Cuando volváis a pasar por esta tumba del Cementerio de Melilla, parar un momento y recordar las palabras del General Vives.
En Monte Arruit quedaron sus cuerpos, en Melilla, junto a sus compañeros quedó su espíritu.
que Grandeza, que Sencillez
Abnegado, Valiente por tradición y Honor
En 1949 fueron todos llevados a Melilla.
Epílogo
Nunca lo he olvidado, es más , cuando inicié la primera página web sobre el Arma, una de las ideas que tenía era la de hacer llegar a todo el mundo el recuerdo de este soldado, porque este hombre no tiene un nombre, tiene miles de nombres…, hay miles de personas que no saben donde reposan los restos de su hijo, su esposo, su padre, su hermano, su novio…
Puede ser que esté aquí,
en esa tumba del Cementerio de la Purísima.

Y aunque personalizado en los Ingenieros Militares, este pequeño homenaje va en recuerdo de todos - sin distinción de Arma , Cuerpo o Ejército- los que entregaron su vida por España.

Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron ;
con su sangre la empresa rubricaron,
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.
Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso, como valientes lucharon,
y como heroes murieron.
Por la Patria morir fue su destino,
querer a España, su pasión eterna,
servir en los Ejércitos, su vocación y sino.
No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron vivir de otra manera.
